Cada región tiene sus expresiones y vocablos propios. Por ejemplo, en Aragón es muy común utilizar la expresión ir de propio para referirse a ir específicamente a un lugar por un motivo en concreto, mientras que en otras comunidades esta forma no se suele emplear. Con los alimentos ocurre lo mismo, en cada lugar se puede denominar a un mismo producto de diferente manera. Si os hablamos de caparrones, ¿sabéis a lo que nos estamos refiriendo? Nuestros lectores de La Rioja y País Vasco seguro que entienden que se trata de una legumbre, que en otras zonas quizá se conozca más por alubia roja o judía pinta.
Este tipo de alubia es diferente a la que se cultiva en el resto de España. En concreto es conocido el caparrón de Anguiano, que se trata de una localidad montañosa de La Rioja Alta que se encuentra a 700 metros de altitud. “El tipo de clima y el suelo de cascajo que hay en esta zona afectan al cultivo del producto”, según explica la Asociación de Cultivadores de la Alubia de Anguiano, y esto provoca que “el tipo de grano sea diferente al del resto de caparrones de la comunidad riojana”, ya que estos son de menor tamaño y con la piel menos robusta. Es por esto que los caparrones cultivados en esta zona poseen un certificado de La Rioja que los legitiman como Caparrones o Alubias de Anguiano. Toda la agricultura del pueblo es de regadío, y destaca también el cultivo de la alubia blanca, aunque no es tan popular como el producto estrella del lugar, protagonista de este artículo.
Desde hace ya 22 años la Asociación Cultural Aidillo, junto con la Asociación de Cultivadores de la Alubia de Anguiano, organizan en el mes de noviembre el Festival de la Alubia de Anguiano. Un evento que se creó con la intención de dar a conocer el producto local y que es ya famoso en toda la región y parte de otras, sobre todo País Vasco y Navarra. Además de estas dos asociaciones, otros organismos colaboran en la preparación de este festival, como son el Ayuntamiento de Anguiano o la Peña los Zancos. La actividad principal en torno a la que gira este festival es el tradicional reparto de platos de caparrones, que cada año reúne a cientos de personas, que se congregan en torno al barrio principal del pueblo. Este reparto de caparrones es, sin duda, un éxito año tras año, cosa que se demuestra, por ejemplo, en que “este año se prepararon 1.300 raciones de caparrones con sus sacramentos, un vaso de vino y una pieza de fruta, y se vendieron todas ellas”, afirma Estela González, miembro de la Peña los Zancos. Desde esta asociación también se organiza una actividad, que es “una degustación de chorizo a la sidra que se prepara en el puente”, y a la que acude también un gran número de personas.
El ambiente en Anguiano se siente desde por la mañana, ya que las actividades comienzan a las 9:00 horas con la realización de una ruta de unos 10 kilómetros por los montes de la zona. Según nos cuenta la peñista de los Zancos, “es una ruta sencilla que hace mucha gente que sube por la mañana, pasa el día y luego compra la alubia y come en el pueblo, así que ya pasa aquí todo el día”.
En la plaza de la localidad, algunos años, también podemos ser testigos de una representación que atrae a decenas de curiosos e interesados. Los agricultores del lugar hacen una muestra de la recogida de la alubia blanca y el caparrón, de la criba y de la limpieza del grano. Pero lo que más público reúne (además del reparto de caparrones) es el mercado artesano que se monta en las calles principales de Anguiano. Puestos de comida, de accesorios, de juguetes, todos ellos productos artesanos y de la zona. “Encontramos mermeladas caseras de Anguiano, queso artesanal, morcillas, carnicerías, yogures artesanales, chocolate artesanal, miel también de la zona de Anguiano y Matute…”, explica González. Los productos que más se venden son, sin lugar a duda, los caparrones rojos y la alubia blanca con certificado de Anguiano.
Los restaurantes del pueblo tienen la solución para aquellas personas que se queden sin su cazuelita de caparrones, pues ese día, el menú consta de un buen plato de caparrones con sus sacramentos. Con esto, no hay excusa para no acudir al Festival de la Alubia de Anguiano, sobre todo si se es de fuera y se desconoce el producto es una buena ocasión para acercarse a degustarlo.
Para calmar el apetito hasta el próximo festival, os dejamos una galería de imágenes del Festival de la Alubia del año pasado con fotografías de Verónica Rodríguez Hervías y Clara Miguel.
